Ingresar a la iglesia de San Francisco Solano es un deleite visual por la conjunción de elementos sostenidos por la belleza estética y la riqueza histórica, artística y cultural.
San Francisco Solano, al pasar por Santiago del Estero dejó este importante legado que perduró por más de 100 años provocando la admiración y devoción de muchos.
Un equipo de Noticiero 7 investigó y recopiló datos que nutrieron un informe especial. Cristina Costas, representante del museo de arte Sacro comentó que el templo cuenta con decoraciones góticas y corintias, conserva un estilo ecléctico evidenciados por los detalles estéticos propios de las corrientes renacentistas y neoclasicista.
La misma cuenta con tres naves, la principal conduce al altar mayor en donde se pueden ver las imágenes de Santiago Apóstol, la Inmaculada Concepción, Santo Domingo, San Francisco de Asís y una cruz con nuestro señor Jesucristo flanqueada por dos ángeles. El altar está hecho de madera de pino y cubierta por un laminado en oro, a la vuelta se aprecian vitrales e imágenes de los siglos XVIII y IXX.
"Es una iglesia pequeña para la majestuosidad que se le quería dar. La fachada se inicia prácticamente en la vereda y la plazoleta de enfrente actúa como atrio que permite verla en mayor amplitud", comentó la profesora de Historia del Arte María Mercedes Tenti.
La iglesia de San Francisco es el producto de múltiples reconstrucciones llevadas a cabo durante los siglos XVI y IXX. La primera de ellas la realizó el padre Juan Rivadeneira en el año 1567; mientras que la segunda estuvo a cargo de San Francisco Solano de quien aún se conserva la construcción de la celda capilla; en el año 1853 el padre Miguel López llevó a cabo la tercera reconstrucción.
La última reconstrucción se encargó de la fachada que actualmente se conserva y fuera realizada por el padre Celestino Miranda 1895, la que contó con la participación del constructor José Díaz y el escultor Rafael Delgado Castro.
"Esta obra es un referente en lo que ha sido el vínculo del artista con los contextos sociales y urbanos. Su impronta quedó en la combinación de su habilidad técnica y su creatividad, dejando un producto que demuestra el Qué y el Cómo, la forma y el contenido. Además ha sido un gran maestro, un gran escultor y un gran ser humano", resaltó la profesora de Historia del Arte, Patricia Caro respecto a la participación del genial escultor Rafael Delgado Castro.
Informa: Luciana Abatedaga
Cámaras: Julio Yonni - Eduardo Rapetti
Edición y Dirección: Juan M. Ruiz Frágola